Castillo de Fermoselle: Un Testigo de la Historia

El Castillo de Fermoselle, situado en el corazón del casco histórico y rodeado por los majestuosos “Cachas del Culo”, es un tesoro histórico que guarda los vestigios de un pasado intrigante y tumultuoso. Este castillo, que en realidad fue más una fortaleza que un castillo convencional, ha desempeñado diversos roles a lo largo de los siglos, desde ser el retiro de una reina destronada hasta convertirse en el último bastión de los Comuneros en Castilla y León. En este artículo, exploraremos su historia fascinante y su declive a lo largo del tiempo.

castillo de fermoselle

Orígenes y Ubicación Estratégica

El Castillo de Fermoselle se erige sobre terrenos que en su origen podrían haber sido un asentamiento castreño, aunque los datos sobre esta etapa temprana son limitados. Su ubicación estratégica en lo alto de los farallones de Fermoselle, cerca de la confluencia de los ríos Tormes y Duero y en las proximidades de la frontera portuguesa, lo convierte en un punto clave en la geografía de la región.

El Retiro de Doña Urraca

Conocido como el “Castillo de Doña Urraca” en honor a la princesa portuguesa Doña Urraca, hija de Alfonso Enriques y líder de la independencia de Portugal, este castillo fue su refugio tras la anulación de su matrimonio con el monarca Fernando II de León. Fermoselle y otras localidades zamoranas fueron entregadas como dote durante su matrimonio con el monarca leonés, lo que otorgó a Doña Urraca la propiedad del castillo y la villa.

El Último Bastión Comunero

En el siglo XVI, el castillo desempeñó un papel crucial como bastión de los Comuneros en Castilla y León durante la Guerra de las Comunidades. Bajo el liderazgo del obispo Antonio de Acuña, la fortaleza se convirtió en un refugio para las fuerzas sublevadas contra Carlos I. La apresamiento de figuras destacadas del bando monárquico, como el Alcalde Ronquillo, llevó a la orden de encarcelarlos en las mazmorras del Castillo de Fermoselle. Este castillo, junto con sus muros, se convirtió en el último refugio de los Comuneros antes de cruzar la frontera tras la derrota en la Batalla de Villalar.

Declive y Ruina del Castillo

Después de la contienda, Carlos I ordenó la destrucción parcial del castillo, lo que desencadenó una serie de ataques que dejaron la fortaleza y sus murallas en un estado maltrecho. A lo largo de los siglos, los estragos del tiempo, los conflictos con Portugal y la Guerra de Restauración Portuguesa en el siglo XVII contribuyeron aún más al deterioro del castillo. A pesar de algunos intentos de restauración en el siglo XVIII, el castillo continuó en ruinas.

El Castillo en la Actualidad

Hoy en día, apenas quedan algunos fragmentos de muralla y vestigios de lo que una vez fue una impresionante fortaleza. Estos restos son un testimonio silente de la rica historia del Castillo de Fermoselle. A pesar de su estado ruinoso, el castillo sigue siendo un mirador único que ofrece vistas panorámicas del río Duero y los impresionantes Arribes del Duero.

Protección y Acceso

A pesar de su decadencia, los exiguos restos del castillo están protegidos como bien de interés cultural, según el Decreto de 22 de abril de 1949 sobre Castillos Españoles. Los visitantes pueden acceder al castillo desde la Plaza Mayor tomando la calle Antonio Regojo.

Conclusiones

El Castillo de Fermoselle es mucho más que un montón de piedras en ruinas; es un testimonio tangible de la historia de España, desde su papel como retiro de una reina destronada hasta su papel en la Guerra de las Comunidades. A pesar de las adversidades que ha enfrentado a lo largo de los siglos, este castillo sigue siendo un lugar emblemático que merece ser explorado y admirado por quienes buscan conectarse con el pasado y disfrutar de vistas panorámicas impresionantes.

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